miércoles, 23 de noviembre de 2011

Entrevista a Fernando Savater

Acá coloco la entrevista a Fernando Savater 
Publicado en Prensa Libre

“La felicidad es continua”

Por: Ángel Elías

Con jovialidad y energía, el escritor y filósofo español Fernando Savater habló con Prensa Libre acerca de la humanidad, la manera en que la alegría puede transformar a las personas y la razón por la que malinterpretamos la felicidad.

Nacido en 1947, ganó el premio Planeta por su libro La hermandad de la buena suerte. Otras publicaciones destacadas son Nihilismo y acción (1972) y La aventura de pensar (2010).

¿Qué tan importante es la educación?
Imprescindible, La ignorancia y la miseria son los grandes enemigos sociales, ya que sin educación no puede existir, por ejemplo, la democracia

¿Pero cuando los sistemas educativos son frágiles?
La educación primaria no se le ha dado el valor que merece. Que donde realmente se aprende. Se enfoca en la universidad cuando allí lo único que se hace es orientar. En realidad la base de la educación está con los maestros de primaria, los mismos  a quienes se les presta poca atención. Los políticos no se preocupan en la educación porque han entendido que la educación no es templo de ellos. No hay resultados educativos inmediatos, no a largo plazo y ninguno tiene tanta visión.
Se le debe dar prioridad a la educación pública, entiéndase, como pública la que se enfoca en quienes tiene  pocas posibilidades de tener libros. Muchas veces estos sectores solo tienen a la sociedad para educarse, y se ha visto que en algunas ocasiones no es el mejor ejemplo

Alguna vez mencionó que prefiere navegar en barcos, libros y sueños antes que en internet, ¿aún piensa lo mismo?
La tecnología, de alguna manera, nos ha envuelto. Viajo a todas partes con estos aparatos, que son útiles, pero no entran dentro de las prioridades, como lo son para mí los libros.

¿Cuál será el futuro de los libros y la literatura?
Un amigo dice que si el libro hubiera aparecido después de la computadora, sería el invento del siglo. La importancia del libro es personal. Aristóteles nunca vio un libro como lo conocemos, y eso no le quitó capacidad para reflexionar. La lectura seguirá existiendo y su relevancia es indiscutible.

¿Qué significa para usted la filosofía?
Para mí es un placer y diversión; las sociedades deben aprender sobre ellas mismas para sobrevivir, y eso lo da la filosofía.

A veces parece que el conocimiento da infelicidad.
A Manuel Azaña, quien fue presidente de España, le preguntaron si las personas libres eran más felices. Y respondió: “No sé si son más felices, pero sé que son más hombres”. El conocimiento nos hace más humanos. De alguna manera este revela la verdad, aunque no como nos gustaría.

Entonces, ¿la ignorancia hace la vida más fácil?
Mientras menos educada está una persona, más dinero requiere para divertirse y entretenerse. Las personas ilustradas fabricamos nuestro conocimiento. La ignorancia hace que las personas compren su diversión.

¿En qué consiste la felicidad?
La felicidad es algo interior, no depende del exterior que te esclaviza. Una persona que anda anestesiada por el mundo no puede ser feliz.

Aristóteles decía que la felicidad es la actividad continua. No es la ausencia de dolores, es algo que con su movimiento nos sorprende. Al final no conocemos la felicidad, pero sí lo que nos hace infelices. Y eso debemos evitar.

Durante la entrevista ha estado risueño, ¿cuál es el secreto de su felicidad?
Soy alegre, no feliz. La felicidad es saberse invulnerable, saber que nadie te la puede quitar, lo que es incompatible con la mortalidad.
La alegría es compatible con el momento, la felicidad lo es con la eternidad. 
 
¿Tuvo algún encuentro con Miguel Ángel Asturias?
Acompañé a Asturias cuando presidió el festival de Cine de San Sebastián —en España—. Fue una ocasión única, salimos a comer y hubo un confuso incidente en la calle entre ETA y la Policía española. Durante el alboroto, ambos terminamos debajo de la mesa donde comíamos y nos preguntamos qué estaba pasando. Asturias, indudablemente, fue un personaje admirable.